sábado, 7 de abril de 2007

Devi Bhagatam Libro 10


Libro 10


CANTO I

Narada dijo:
¡Oh Narayana! ¡Oh tú, el soporte de todo este mundo! ¡El preservador de todos! Has descrito las gloriosas características de la Devi, que se llevan todos los pecados. Por favor descríbeme las diversas formas que la Devi asumió en cada Manvantara en el mundo como también Su Divina Grandeza.
¡Oh tú, lleno de misericordia! Descríbeme también cómo y por quién fue adorada y alabada y cómo Ella, que es tan amable con los devotos, habiendo sido complacida, cumplió sus deseos.
Estoy muy deseoso de escuchar sobre estas maravillosas y beatíficas características de la Devi.
Sri Narayana dijo: - Escucha, oh Maharsi, las glorias y la grandeza de la Devi Bhagavati, que lleva a los devotos a la devoción, es capaz de dar todo tipo de riqueza y de destruir todos los pecados.
Del loto del ombligo de Visnu, el sostenedor del Chakra nació Brahma, el creador del universo, el gran enérgico, el gran señor de todos los mundos. (1-6)

Al nacer, Brahma, de cuatro caras, produjo de su mente a Svayambhuva Manu y a su esposa Satarupa, la encarnación de todas las virtudes. Por esta razón a Svayambhuva Manu se lo conoce como el hijo de Brahma nacido de su mente.
Brahma le dio a Svayambhuva Manu la tarea de crear y multiplicarse. Hizo una imagen de piedra de la Devi Bhagavati, la que confiere todas las fortunas, en la playa del santificante Ksira Samudra, el océano de leche, se concentró en adorarla y repitió el principal mantra místico de Vagbhava, la Deidad del Habla.
Concentrado en la adoración, Svayambhuva Manu conquistó lentamente su respiración y el consumo de alimentación, y observó Yama, Niyama y otros votos, volviéndose delgado y magro.
Por cien años se mantuvo parado en una sola pierna y fue exitoso al controlar las seis pasiones.
Meditó tanto en los pies de la Adya Sakti, la Sakti Primordial, que se volvió inerte como un mineral o una planta. Debido a sus Tapas, Devi, la Madre del Mundo, se apareció ante él y le dijo:
- ¡Oh rey! Pídeme favores divinos. – Al escuchar estas palabras llenas de júbilo, el rey quiso el favor que había ansiado por mucho tiempo en el fondo de su corazón, tan raro incluso para los Devas. (7-14)

Manu dijo: - ¡Oh Devi de grandes ojos! ¡Victoria a Ti, Quien resides en los corazones de todos! ¡Oh Tú, honrada y adorada! ¡Oh Tú, la Defensora del mundo! ¡Oh Tú, la Auspiciosa de todos los auspiciosos! Es por Tu Graciosa Mirada que aquel nacido del loto ha sido capaz de crear los mundos, Visnu de preservar y Rudra Deva de destruir instantáneamente.
Es por Tu orden que Indra, el Señor de Sachi, tiene el deber de controlar los tres Lokas y Yama, el Señor de los muertos, entrega premios y castigos de acuerdo a los méritos y faltas a los que mueren.
¡Oh Madre! Por Tu Gracia, Varuna, el que tiene la trompa, se ha vuelto el señor de todas las criaturas acuáticas y las preserva y Kuvera, el señor de los Yaksas, se ha vuelto el señor de la riqueza. Agni, Nairrit, Vayu, Isana y Ananta Deva son Tus partes y han crecido debido a Tu poder.
Oh Devi, si quieres conferirme mi favor deseado; entonces, Oh Tú, Auspiciosa, que todos los grandes obstáculos a mi tarea de procrear en este universo y de incrementar mi dominio desaparezcan Y que si cualquiera adora el gran Vagbhava Mantra o cualquiera escucha esta historia con devoción o se las cuenta a otros, que sean dotado de éxito y goce y que les sea fácil de alcanzar el mukti. (15-22)

Especialmente que obtengan el poder de recordar sus vidas pasadas, adquieran elocuencia en el habla, belleza en todas sus partes, éxito en la obtención de conocimiento, en sus emprendimientos y especialmente en el incremento de su posteridad y progenie. ¡Oh Bhagavati! Esto es lo que más quiero. (23-24)

Aquí termina el Primer Canto del Décimo Skandha sobre la historia de Svayambhuva Manu en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.



CANTO II

La Devi dijo:
¡Oh rey! ¡Oh poderosamente armado! Te concedo todo eso. Lo que sea que hayas pedido, te lo concedo. Estoy muy complacida con tu dura Tapasya y con tu Japam del Vagbhava Mantra.
Sabe que Mi poder es infalible en matar a los señores de los Daityas. ¡Oh niño! Que tu reino esté libre de enemigos y que tu prosperidad se incremente. Que tu devoción se mantenga fija en Mí y al final seguramente alcanzarás Nirvana Mukti.
¡Oh Narada! Al conceder el favor al altamente espiritual Manu, la Gran Devi desapareció ante él y se dirigió a las montañas Bhindhya.
¡Oh Devarsi! La montaña Bhindhya creció tanto en altura, que casi obstruyó el curso del Sol, cuando fue parada por Maharsi Agastya, nacido de un Khumbha, o vasija de agua.
La hermana menor de Visnu, Varadesvari, mora aquí como Bhindhyavasini. ¡Oh mejor de los Munis! Esta Devi es objeto de adoración para todos. (1-6)

Saunaka y los demás Risis dijeron: - ¡Oh Suta! ¿Quién es esa Montaña Bindhya? ¿Y porqué intentó ascender hacia los Cielos para impedir el pasaje del Sol? ¿Y porqué fue que Agyasta, el hijo de Mitravaruna, apaciguó a la crecida montaña? Por favor, cuéntanos todo esto en detalle. (7-8)

¡Oh Santo! Todavía no estamos satisfechos de escuchar las Glorias de la Devi, el néctar ambrosial que emerge de tus labios. Más bien, nuestra sed se ha incrementado.
Suta dijo: - ¡Oh Risis! La Montaña Bindhya era altamente honrada y reconocida como la primera entre las montañas en la tierra. Estaba cubierta de grandes bosques de grandes árboles. Plantas trepadoras y arbustos florecían allí, y se veía muy hermoso. En los bosques merodeaban ciervos, jabalíes salvajes, búfalos, monos, conejos, tigres y osos. Eran fornidos y alegres, llenos de vigor y todos muy felices.
Los Devas, Gandharbas, Apsaras y Kinnaras venían aquí y se bañaban en sus ríos. Había todo tipo de árboles frutales. Un día el siempre alegre Devarsi Narada vino a la bella Montaña Bindhya en uno de sus viajes alrededor del mundo.
Al ver al Maharsi Narada, la Montaña Bindhya se levantó, lo adoró con padya y arghya y le dio un muy buen Asana para sentarse. Cuando el Muni tomó asiento y se encontró cómodo, la montaña dijo: (9-15)

¡Oh Devarsi! Complácete en decirme de dónde vienes. ¡Tu llegada es tan auspiciosa! Mi hogar es santificado por tu visita.
¡Oh Deva! Tu caminar, como el del Sol, inspira a los seres a liberarse del miedo. Así que, Oh Narada, por favor dime tu intención al venir aquí, lo que parece tan maravilloso. – (16-17)

Narada dijo: - ¡Oh Bindhya! ¡Oh enemigo de Indra!
Nota: En días antiguos, las montañas tenían gran poder. Indra les cortó las alas y así destruyó su poder. Por lo tanto las montañas son enemigas de Indra.
Vengo de la montaña Sumeru. Allí vi las bellas moradas de Indra, Agni, Yama y Varuna. Vi las casa de los Dikpalas, los Regentes de las diversas direcciones, que abundaban en objetos de todo tipo de goce.
Al decir esto, Narada suspiró profundamente. Al escuchar al Muni suspirar asì, Bindhya, el rey de las montañas, le preguntó con gran recelo: -¡Oh Devarsi! ¿Porqué has suspirado tan profundamente? Por favor dímelo. – Narada respondió:
¡Oh niño! Escucha porqué he suspirado. ¡Mira! La Montaña Himalaya es el padre de Gauri y el suegro de Mahadeva, por eso es la más adorada de las montañas.
La Montaña Kailasa, a su vez, es la residencia de Mahadeva. Por eso ella también es adorada y descrita en los cantos de alabanza como capaz de destruir todos los pecados.
De la misma manera, Nisadha, Nila, Gandhamadana y otras montañas son adoradas en donde se encuentran. Pero la Montaña Sumeru, alrededor de la cual gira el Sol de mil rayos, el Alma del universo, junto con los planetas y las estrellas, piensa que es la primera y la más grande entre las montañas: - Yo soy la suprema, no hay ninguna como yo en los tres mundos. – Al recordar la altivez de Sumeru suspiré tan profundamente. Somos ascetas, y si bien no tenemos necesidad de discutir estos asuntos, te lo he dicho al conversar. Ahora voy a mi propia morada. – (18-28)

Aquí termina el Segundo Canto del Décimo Skandha sobre la conversación entre Narada y la Montala Bindhya en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO III

Suta dijo:
¡Oh Risis! tras decir esto, el Devarsi, el gran Jnani y Muni que va adónde quiera ir se fue a Brahmaloka.
Después de que el Muni se había ido, Bhindya se volvió inmersa en una gran ansiedad y, volviéndose cada vez más triste, no pudo obtener la paz. ¿Qué he de hacer para superar a Meru? Hasta hacerlo, no seré capaz de obtener paz mental o salud. Las personas espirituales siempre me alabaron por mi entusiasmo y energía. ¡Nada son mi energía, honor, fama y familia! ¡Nada son mi fuerza y heroísmo!
¡Oh Rishis!
Con todos estos pensamientos entrecruzados en mente, Bindhya finalmente llegó a una problemática conclusión: Diariamente el Sol, las estrellas y los planetas giran alrededor de Sumeru, por eso es que Sumeru es tan arrogante.
Si puedo detener el curso del Sol en los cielos con mis picos, no será capaz de girar alrededor de Sumeru. Si logro hacer esto, ciertamente seré capaz de mellar el orgullo de Sumeru. – Así, Bindhya alzó sus brazos, o sea sus picos, alto hacia los Cielos y, obstruyendo el pasaje del Sol, permaneció allí; y pasó aquella noche con gran incomodidad y dificultad, pensando en el momento en que el Sol ascendería y no podría pasar.
Finalmente, cuando amaneció, el horizonte claro. El Sol, destruyendo la oscuridad, ascendió en Udaya Giri.
El cielo se aclaró con sus rayos y el loto floreció con gozo al verlo, mientras que las excelsas lilas acuáticas contrajeron sus pétalos y se cerraron como ante la separación del amante, quien se ha ido a un lugar distante, con la partida de la luna.
La gente empezó a hacer sus tareas al comenzar el día: la adoración a los dioses, las ofrendas a los dioses, los Homas y las ofendas a los Pitris fueron realizadas (Se realizan a la mañana, al mediodía y a la tarde).
El Sol continuó en su curso. Dividió el día en tres partes: mañana, mediodía y tarde. Primero consoló al Este, que parecía una mujer sufriendo debido a la partida de su amante. Luego consoló al Sudeste. Entonces, cuando quiso continuar hacia el Sur, sus caballos no pudieron seguir avanzando. Al ver esto su conductor, Aruna, le informó al Sol lo que había ocurrido. (1-16)

- ¡Oh Sol! Bindhya se ha vuelto muy celoso ya que giras alrededor de la Montaña Sumeru diariamente. Se ha alzado muy alto y ha obstruido tu camino en los Cielos, esperando que gires alrededor de él. De esta manera desafía a la Montaña Sumeru. (17)

Suta dijo: ¡Oh Rishis1 Al escuchar las palabras del conductor Aruna, el Sol pensó: ¡Oh! ¡Bindhya obstruye mi paso! ¿Qué es lo que un gran héroe no hará al estar en el camino errado?
¡Oh! ¡Ahora mis caballos están inmovilizados! El destino es lo más fuerte. Bindhya está haciendo esto porque está siendo favorecido por Daiva. Incluso cuando soy eclipsado por Rahu, el nodo ascendiente, no paro siquiera por un momento.
Ahora, obstruido en mi camino, estoy esperando aquí por u largo tiempo. Daiva es poderoso. ¿Qué puedo hacer?
Al ser obstruido el camino del Sol, todos, desde los Dioses hasta los más bajos, se volvieron indefensos y no supieron qué hacer.
Chitragupta y otros más ven su tiempo a través del movimiento del sol, ¡y ese mismo Sol se ha inmovilizado por la montaña Bindhya! ¡Qué gran destino adverso es éste! Al estar el Sol detenido por Bindhya debido a su arrogancia, los sacrificios a los Devas, las ofrendas a los Pitris; todos fueron detenidos.
El mundo se estaba dirigiendo a la destrucción y la ruina. La gente que vivía la Oeste y al Sur vivía en la noche y permanecía dormida. La gente del Este y del norte era quemada por los rayos del Sol. Algunos de ellos murieron, otros perdieron su salud.
La tierra entera se volvió falta de Sraddhas y adoraciones y un grito de desesperación universal se alzó en todos lados. Indra y los otros Devas se volvieron muy ansiosos y comenzaron a pensar qué deberían hacer. (18-26)

Aquí termina el Tercer Canto del Décimo Skandha sobre la obstrucción del pasaje del Sol por la Montaña Bindhya en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO IV

Suta dijo:
¡Oh Rishis! Entonces Indra y todos los otros Devas, con Brahma al frente, fueron ante Mahadeva y tomaron refugio en él. Se inclinaron ante él y cantaron dulces y grandiosos himnos a aquel que sostiene a la luna en su frente, el Deva de los Devas. (1-2)

¡Oh tú, el líder de las huestes de los dioses! ¡Victoria a ti! ¡Oh tú, cuyos pies de loto sin servidos por Uma, victoria a ti!
¡Oh tú, el dador de los ocho Siddhis y Vibhutis, o poderes extraordinarios, a tus devotos, victoria a ti!
¡Oh tú, el trasfondo de esta Gran Danza Teatral de la Inconmensurable Maya! ¡Tú eres el Supremo Espíritu en Tu Verdadera Naturaleza! Tú montas a tu vehículo, el toro, y resides en Kailasa; sin embargo eres el Señor de todos los Devas.
¡Oh tú, cuyo adorno son las serpientes, que es honrado y el dador de honro a las personas!
¡Oh tú, el nonato, que sin embargo contiene todas las formas! ¡Oh tú, Sambhu, que encuentras placer en éste, tu propio Ser! ¡Victoria a ti! (3-5)

¡Oh tú, el señor de tus servidores! ¡Oh tú, Girisa, el dador de grandes poderes, alabado por Mahavisnu!
¡Oh tú, que vives en el corazón de loto de Visnu, profundamente absorto en Mahayoga! ¡Te alabamos!
¡Oh tú, que puedes ser conocido a través del Yoga, y nada más que del Yoga mismo!
¡Tú, el señor del Yoga! Nos inclinamos ante ti. Tú les confieres los frutos del Yoga a los Yogis.
¡Oh tú, el señor de los indefensos! ¡La encarnación del océano de misericordia! ¡El alivio de los enfermos, y el más poderoso! ¡Oh tú, cuyas formas son los tres gunas, Sattva, Rajas y Tamas! ¡Oh tú, cuyo emblema (vehículo) es el toro (Dharma)! ¡Tú verdaderamente eres el gran Kala, sin embargo eres el Señor del Kala! ¡Te alabamos! - (6-9)
Nota: El toro representa al Dharma o Habla.
Al ser alabado por los Devas, quienes toman las ofrendas en los sacrificios, el Señor de los Devas, cuyo emblema es el toro, les dijo, sonriendo, con una profunda voz a los Devas: (1-2)

- ¡Oh ustedes, excelsos Devas, los residentes de los Cielos! Estoy complacido con las alabanzas que me han cantado. Cumpliré sus deseos. (11)

Los Devas dijeron: ¡Oh señor de los Devas! ¡Oh Girisa! ¡Oh tú, cuya frente está adornada por la luna!
Oh tú, el hacedor de vien a los desesperados. ¡Oh tú, el poderoso! Ayúdanos.
¡Oh tú, libre de pecado! La Montaña Bindhya se ha vuelto celosa de la Montaña Sumeru, se erguido muy alto hacia los Cielos y ha obstruido el camino del Sol, causándoles grandes problemas a todos.
¡Oh tú, el hacedor de bien a todos! ¡Oh Isana! Revierte el tamaño anormal de la montaña. ¿Cómo podemos conocer el tiempo si el curso del Sol es detenido? Y al no saberse cuál es el tiempo, los sacrificios a los Devas y las ofrendas a los Pitris prácticamente han desaparecido.
¡Oh Deva! ¿Quién nos protegerá? Te vemos como el destructor de nuestro miedo y del de aquellos que están aterrorizados. ¡Oh Deva! ¡Oh Señor de Girisa! Complácete con nosotros. (12-15)

Sri Bhagavan dijo: - ¡Oh Devas! No tengo poder alguno para doblegar a la montaña Bindhya. Vayamos ante el Señor de Rama y reverenciémoslo. Él es nuestro Señor, digno de ser adorado. Él es Govinda, Bhagavan Visnu, la Causa de todas las causas. Iremos ante él y le contaremos todas nuestras penas. Él las erradicará. (16-18)

Al escuchar las palabras de Girisa, Indra y los demás Devas, junto con Brahma, fueron a la región de Vaikuntha con Mahadeva al frente, temblando de miedo. (19)

Aquí termina el Cuarto Canto del Décimo Skandha sobre la ida de los Devas hacia la región de Mahadeva en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO V

Suta dijo:
Al llegar a Vaikuntha los Devas vieron al Señor de Laksmi, el Deva de los Devas, el Maestro del Mundo, cuyos ojos son hermosos como Padma Palasa, hojas de loto, llenos de brillo, y comenzaron a alabarlo con voces ahogadas con intensos sentimientos de devoción:
¡Victoria a Vishnu! ¡Oh Señor de Rama! Tú eres anterior al Virat Purusa. ¡Oh enemigo de los Daityas! ¡Oh tú, el generador de los deseos en todos y el conferidor de las frutas de aquellos deseos a todos!
¡Oh Govinda! ¡Tú eres el Gran Jabalí y tú eres la naturaleza de los grandes sacrificios! ¡Oh Mahavishnu! ¡Oh señor del Dharma! ¡Tú eres la causa del origen del mundo! ¡Tú sostuviste a la tierra en tu encarnación como Pez para la salvación de los Vedas!
¡Oh tú, Satyavrata, en la forma de un Pez! Nos inclinamos ante ti. ¡Oh tú! ¡El enemigo de los Daityas! ¡El océano de misericordia! Tu ayudas a los Devas debido a tu compasión. ¡Oh tú, la encarnación de la Tortuga, que confieres Mukti a otros! ¡Nos postramos ante ti! (1-5)

¡Oh tú, que asumiste la forma de un jabalí para destruir a Jaya y a los demás Devas y para levantar a la tierra de entre las aguas! ¡Nos postramos ante ti!
Tú asumiste la forma mitad hombre y mitad león de Nrisimha Murti y destruiste a Hiranya Kashipu, orgulloso de sus favores, con tus garras. ¡Nos inclinamos ante ti! ¡Nos postramos ante ti!
En tu encarnación como enano engañaste a Bali, cuya cabeza enloqueció con la adquisición de la soberanía sobre los tres Lokas.
Nos inclinamos ante ti, que en tu encarnación como Parasurama mataste a Karta Viryarana, el de mil manos, junto con los otros malvados Ksattriyas! ¡Nos postramos ante ti, que naciste del vientre de Renuka como hijo de Jamadagni!
¡Nos postramos ante ti, de gran proeza y coraje, que en tu encarnación como Rama, el hijo de Dasaratha, cercenaste la cabeza del malvado Raksasa, el hijo de Pulastya!
¡Nos inclinamos una y otra vez ante ti, el gran señor, que en tu encarnación como Krisna liberaste al mundo de las garras del malvado rey Duryodhana, de Kamsa y de otros y estableciste la religión al erradicar las malignas ideas y doctrinas que prevalecían en ese entonces!
¡Nos inclinamos ante tu encarnación de Buddha, el Gran Deva que descendió para poner un fin a la matanza de inocentes animales y a la realización de malignas ceremonias sacrificiales!
¡Reverencias ante el Deva! ¡Cuando en el futuro casi todas las personas en este mundo se convertirán en Mlechchas y los malvados reyes los oprimirán sin compasión ni escarmiento, encarnarás nuevamente como Kalki rectificarás todos los agravios!
¡Nos inclinamos ante forma de Kalki! ¡Oh Deva! Estas son tus diez encarnaciones para la preservación de tus devotos y la destrucción de los malvados Daityas! Por ello eres llamado el Gran Aliviador de todos nuestros problemas.
¡Oh tú, victoria a ti, el Deva que asume las formas de hombre y mujeres para destruir los sufrimientos de los devotos! ¿Quién más puede ser tan generoso? ¡Oh tú, el océano de misericordia!
¡Oh Rishis! Alabando a Visnu, vestido en una túnica amarilla, el señor de todos los Devas, todos los Devas se inclinaron ante él e hicieron Shastamgas. Tras escuchar sus himnos Vishnu Gadadhara los alegró diciéndoles: (6-18)

Sri Bhagavan dijo:
Oh Devas! Estoy complacido con su stotra. No necesitan estar tristes. Erradicaré todos los problemas que se les han vuelto intolerables.
¡Oh Devas! Estoy muy contento de escuchar las alabanzas que me han ofrecido. Pídanme favores. Los concederé aunque sean muy raros y se obtengan con dificultad.
Cualquier persona que se levante temprano a la mañana y recite este stotra cantado por ustedes con devoción nunca tendrá penas. ¡Oh Devas! No sufrirá pobreza, ni síntomas malignos, ni vetalas, ni planetas, ni a los Brahma Raksasas ni infortunio alguno. No sufrirá enfermedades que se deban a Vata, (temperamento tormentoso), Pitta (bilis) ni a Kapaha (flema); ni sufrirá un muerte prematura.
Su familia no será destruida y la felicidad siempre reinará en ella. ¡Oh Devas! Este stotra puede dar todo. Tanto el disfrute como la libertad serán fácilmente alcanzables. ¿Cuál es su dificultad? Díganlo. La erradicaré inmediatamente. No lo duden ni un instante. Al escuchar estas palabras de Sri Bhagavan, los Devas se alegraron y le hablaron a Visnu. (19-27)

Aquí trmina el Quinto Canto del Décimo Libro sobre la visita de los Devas a Visnu en el Mahapurana Sri Mad Devi bhagavata de 18,000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO VI

Suta dijo:
¡Oh Risis! Al escuchar las palabras del Señor de Laksmi, los Devas se alegraron y dijeron:
¡Oh Deva de Devas! ¡Oh Mahavisnu! ¡Oh tú, el creador, preservador y destructor del universo! ¡Oh Visnu 1La montaña Bindhya ha crecido mucho e impide el pasaje del sol. Es por eso que todos los trabajos en la tierra estan paralizados.
No estamos recibiendo nuestra ración de Yajnas. Ahora no sabemos adónde ir, qué hacer.
Sri Bhagavan dijo: ¡Oh Devas! En Benares está el Muni Agastya, de indomable poder, dedicado devotamente al servicio de la Primordial Skti Bhagavati, la Creadora de este Universo.
Sólo este Muni puede poner fin al crecimiento anormal de la montaña Bindhya. Así que les conviene ir con el enérgico Dvijan Agastya en Benares, el Supremo lugar, en el cual se obtiene el Nirvana, y ruéguenle que sea tan amable de hacer lo que le piden. (1-6)

Suta dijo: - ¡Oh Risis! Los dioses se sintieron cómodos con la orden de Visnu y, reverenciándolo, fueron a la ciudad de Benares.
Llegaron en un abrir y cerrar de ojos a la Sagrada Ciudad de Benares, y bañándose allí, en el Manikarnika ghat, adoraron a los Devas con devoción y ofrecieron Tarpanas a los Pitris e hicieron sus caridades correctamente. Luego fueron al excelso Ashram del Muni Agyasta.
La hermita estaba llena de pacíficos animales cuadrúpedos. Había diversos árboles, faisanes, herontes, cabras, Chakravakas, diversos otros tipos de pájaros, tigres, lobos, ciervos, jabalíes salvajes, rinocerontes, jóvenes elefantes, ciervos Ruru y muchas cosas más.
Si bien había animales feroces, no había miedo en el lugar; y se veían inmensamente hermoso. Al presentarse ante el Muni, los dioses se postraron y se inclinaron una y otra vez ante él. Luego le cantaron himnos y dijeron:
¡Oh señor de los Dvijas! ¡Oh tú, honrado y muy adorado! Victoria a ti. Tú naciste de una jarra de agua. Tú eres el destructor de Vatapi, el Asura. ¡Postraciones ante ti! ¡Oh tú lleno de Sri, el hijo de Mitravaruna1
Eres el esposo de Lopamudra. Tú eres el depositario de todo conocimiento. Ti eres la fuente de todos los Sastras. ¡Tú eres la fuente de todos los Sastras. ¡Reverencias a ti.
Cuando te levantas, las aguas del océano se vuelven brillantes y claras. ¡Reverencias a ti! Cuando te levantas, la flor de Kasa florece. Tienes mechones de pelo quemado en tu cabeza y siempre vives con tus discípulos.
Sri Ramachandra es uno de tus principales discípulos. ¡Oh gran Muni! ¡Eres digno de ser alabado por todos los Devas! ¡Oh Mejor! ¡El depositario de todas las cualidades!
¡Oh gran Muni! ¡Nos inclinamos ante ti y tu esposa Lopamudra! ¡Oh señor! ¡Oh altamente energético! Estamos todos muy atormentados por un dolor insoportable causado por la montaña Bindhya y es por eso que tomamos refugio en ti.
Se misericordioso con nosotros. - Al ser alabado por los dioses, el altamente religioso Muni Agastya, el dos veces nacido, sonrió y dijo graciosamente: (7-19)

¡Oh Devas! Ustedes son lo señores de los tres mundos, superiores a todos, y los preservadores de los tres Lokas.
Si ustedes lo desean, pueden favorecer, desfavorecer, hacer lo que quieran. Especialmente Indra, quien es el señor de los Devas y señor de los cielos. ¿Qué hay que no pueda hacer?
Luego está Agni, quien quema todo y siempre lleva ofrendas a los dioses y a los Pitris, quien es la boca de los Devas. ¿Hay algo que sea impracticable para él?
¡Oh Devas! Luego Yama, de aspecto terrible, se encuentra entre ustedes. Es el señor de los Raksasas, el Testigo de todas las acciones y siempre rápido en castigar a los ofensores. ¡Qué hay que no pueda lograr? (20-27)

Sin embargo, oh Devas, si hay algo requerido por ustedes que necesita de mi cooperación, díganlo inmediatamente y yo lo haré sin duda alguna. –
Al escuchar las palabras del Muni, los Devas se alegraron mucho y le dijeron alegremente lo que querían:
¡Oh Maharsi! La montaña Bindhya ha crecido mucho y ha bloqueado el curso del Sol en los Cielos. Un grito universal de desesperación y dolor se ha alzado y los tres mundos están a punto de destrozarse.
¡Oh Muni! Lo que queremos es que tú, con el poder de tu Tapas, aminores el crecimiento de la montaña Bindhya. ¡Oh Agastya! A través de tu fuego y tus austeridades, aquella montaña seguramente será tirada y humillada. Esto es lo que queremos.- (20-27)

Aquí termina el Sexto Canto del Décimo Skandha sobre el ruego de los Devas al Muni Agastya de aminorar el crecimiento anormal de la montaña Bindhya en le Mahapura Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO VII

Suta dijo: - Al escuchar las palabras de los Devas, Agastya, el mejor de los brahmines, prometió que realizaría la tarea.
¡Oh risdis1 Todos los Devas se alegraron cuando el Muni nacido de una vasija de agua hizo esta promesa. se despidieron de él y volvieron alegremente a sus moradas. Entonces el Muni le dijo a su esposa: -
¡Oh hija del rey! La montaña Bindhya ha impedido el paso del Sol y con eso ha causado un gran daño. Todo lo que los Munis, los videntes de las verdades, han dicho de Kasi, me viene a la mente cuando pienso porqué este problema se me presentó. Ellos han dicho que diversos obstáculos se presentarían a cada paso a aquel Sadhu que quiera morar en Kasi.
Que aquel que quiere Mukti, nunca deje Kasi, el lugar Avimukta. bajo ninguna circunstancia. – Pero, oh querida, ahora se me ha presentado un impedimento para mi estadía en Kasi. – Hablando entonces con mucho arrepentimiento sobre diversos tópicos con su esposa, el Muni se baño en el Manikarnika ghat, visitó al Señor Visvesvara, adoró a Danadapani y fue con Kala Bhairava; al que le dijo: -
¡Oh Kalabhairava poderosamente armado! Tú has destruido el miedo de los Bhaktas, tú eres el dios de la ciudad de Kasi. ¿Entonces porqué me estás alejando de Khasidam?
¡Oh señor! Tu erradicas todos los obstáculos de los devotos y los preservas. ¿Entonces porqué, oh destructor de las penas de los bhaktas, me estás sacando de aquí? No he injuriado a otros, ni he sido hipócrita con nadie y tampoco mentí. Entonces, ¿por qué pecado me alejas de Kasi? –
¡Oh Risis! Tras elevar su plegarias a Kala Bhairava, el Muni Agastya, nacido de un jarro de agua y esposo de Lopamudra, se presentó ante Saksi Ganesa, el destructor de males y, tras visitarlo y adorarlo, salió de Kasi y se dirigió hacia el Sur.
Así el Muni, el océano de la gran fortuna, abandonó Kasi, pero se entristeció mucho de dejarlo y siempre la recordó. Comenzó a caminar con su esposa. Cómo si estuviese viajando en un carro hecho de ascetismo, llegó a la montaña Bindhya en un abrir y cerrar de ojos y comprobó que la montaña se había elevado mucho y así obstruido el pasaje del Sol en los Cielos.
Al ver al Muni Agastya delante suyo, la montaña Bindhya comenzó a temblar cómo si estuviese deseosa de decir algo a la tierra con un susurro, se volvió baja y pequeña y se inclinó ante el Muni , cayendo con devoción en sastangas ante él, como un palo.
Al ver a la montaña Bindhya baja, el Muni Agstya se alegrò y le dijo con una mirada llena de gracia: -
¡Oh niño! Permanece en este estado hasta que vuelva, por que soy incapaz de ascender a tus grandes alturas. – Tras decir esto, el Muni se volvió deseoso de ir al Sur y, cruzando los picos de Bindhya, llegó nuevamente a los planos. Siguió más al Sur, vio la montaña Sri Saila y finalmente fue a Malachalya. Allí, construyendo su Asram, se estableció.
¡Oh Saunka! La Devi Bhagavati, adorada por el Muni, fue a la montaña Bindhya, se estableció allí y se volvió conocida en los tres mundos como Bindhyavasini. (1-21)

Suta dijo: - Cualquiera que escuche esta altamente pura narración del Muni Agastya y Bindhya, es liberado de todos sus pecados. Todos sus enemigos son inmediatamente destruidos. El escucharla les da conocimiento a los Brahmines, victoria a los Ksattriyas, riqueza y granos a los Vaisyas y felicidad a los Sudras.

Si cualquiera escucha esta narrativa aunque sea una sola vez, obtiene Dharma si quiere Dharma, obtiene riquezas incalculables si quiere riquezas y obtiene todos sus deseos si quiere que sus deseos se cumplan. En tiempos antiguos Svayambhuva Manu adoró a la Devi con devoción y obtuvo su reino por su período Manvantara. ¡Oh Saunaka! Te he descrito la sagrada característica de la Devi en este período Manvantara. ¿Qué más he de decirte? Por favor, dímelo. (22-26)

Aquí termina el Séptimo Canto del Décimo Skandha sobre el aminoramiento del crecimiento de la montaña Bindhya en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO VIII

Saunaka dijo: - ¡Oh Suta! Has contado la hermosa narración sobre el primer Manu, Svayambnuva. Por favor cuéntanos las historias de otros Manus altamente energéticos, similares a los Devas. - (1)

Suta dijo: - ¡Oh Risis! El muy sabio Narada, altamente versado en el conocimiento de Sri Devi, tuvo deseos de escuchar de los otros Manus y le preguntó al Eterno Narayana: - ¡Oh Deva! Congráciame recitándome los orígenes y las historias de los otros Manus. – (2-3)

Narayana dijo: - ¡Oh Devarsi! Ya te he dicho todo lo concerniente al primer Manu. Él había adorado a la Devi Bhagavati, y así obtuvo su reino sin enemigos. Ya sabes eso. (4)

Manu tuvo dos hijos de gran proeza, Priyavrata y Uttanapada. Gobernaron sus reinos con fama. El hijo de Priyavrata, de coraje indomable, es conocido por los sabios como el segundo Svarochisa Manu. Querido por todos los seres, Svarochisa Manu construyó su hermita cerca de las orillas del Kalindi (el Jamuna) y, construyendo allí una imagen de piedra de la Devi Bhagavati, adoró a la Devi con devoción, subsistiendo a base de hojas secas; y así practicó severas austeridades. Así pasó doce años en aquel bosque hasta que, finalmente, la Devi Bhagavati se le hizo presente, resplandeciente con el brillo de mil Soles. Se complació mucho con sus stotrams devocionales. La Devi, la salvadora de los Devas, de sagrados votos, le confirió la soberanía por un Manvantara. Así la Devi se volvió conocida bajo el nombre de Tarini Jaggaddhatri. ¡Oh Narada! Al adorar a la Devi Tarini, svarochisa obtuvo el reino libre de enemigo de forma segura. Luego, estableciendo debidamente el Dharma, disfrutó su reino junto a sus hijos; y cuando su período Manavantara terminó, fue a los Cielos. El hijo de Priyavrata llamado Uttama se convirtió en el tercer Manu. Practicó tapasya y repitió el Vija Mantra de Vaghaba en un lugar solitario a orillas del Ganges por tres años y fue bendecido con el favor de la Devi. Con gran devoción y toda su mente le cantó himnos de manera íntegra a la Devi; y, por Su favor, obtuvo un reino sin enemigos y una sucesión continua de hijos y nietos. Así, disfrutando de los placeres del reino y los regalos del Yuga Dharma, obtuvo, finalmente, aquella excelsa posición obtenida por los mejores Rajarsis. Fue una conclusión muy feliz. El otro hijo de Priyavrata, llamado Tamasa, se convirtió en el cuarto Manu. Practicó austeridades y repitió el Kama Vija Mantra, la clave espiritual de Kama, adorando a la Madre del mundo, en las orillas meridionales del río Narmada. En la primavera y el otoño observó el voto de las nueve noches, o Navaratri, y adoró a la excelsa Devasi de ojos de loto, complaciéndola. Al obtener el favor de la Devi, Le cantó excelsos himnos e hizo pranams. Entonces disfrutó de su reino sin miedo a enemigo alguno o a cualquier fuente de peligro. Engendró diez hijos en el vientre de su mujer, todos muy poderosos y fuertes; y luego partió hacia las excelsas regiones de los Cielos.
El hermano menor de Tamasa, Raivata, se convirtió en el Quinro Manu y practicó austeridades y repitió el Kama Vija Mantra, la clave espiritual de Kama, el refugio de los Sadhakas, capaz de dar el supremo poder del habla y de hacer aparecer todos los Siddhis a orillas del Kalindi o Jamuna; y de esta manera adoró a la Devi. Obtuvo excelsos cielos, un poder indomable, incomparable y capaz de todos los éxitos y una línea continua de hijos, nietos, etc. Luego el excelso héroe Raivata Manu estableció las diversas divisiones del Dharma y, disfrutando todos los placeres mundanos, fue a la hermosa región de Indra. (5-24)

Aquí termina el Octavo Canto del Décimo Skandha sobre el origen de Manu en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi veda Vyasa.


CANTO IX

Narayana dijo: - ¡Oh Narada! Ahora te contaré las supremas glorias de la Devi y la anécdota de cómo Manu, el hijo de anga, obtuvo su excelso reino al adorar a la Devi Bhagavati. El hijo del rey Anga llamado Chaksusa se convirtió en el Sexto Manu. Un día fue ante el Bahmarsi Pulaha Risi y, tomando refugio en él, dijo: - ¡Oh Brahmarsi1 Tu erradicas todas las penas y aflicciones de aquellos que vienen a tomar refugio en ti. Yo tomo refugio en ti. Por favor dile a tu sirviente como puede convertirse en el señor de una cantidad infinita de riqueza. ¡Oh Muni! ¿Qué puedo hacer para poder obtener el dominio único e indisputado del mundo? ¿Cómo pueden mis brazos empuñar armas y blandirlas de tal manera que no puedan ser vencidas? ¿Cómo pueden mantener se constantes mi raza y mi línea y mi juventud siempre igual, sin decaer? ¿Y cómo puedo, finalmente, obtener Mukti? ¡Oh Muni! Por favor dame instrucciones en estos puntos; consiénteme. – Al escuchar sus inquietudes, el Muni quiso que adorara a la Devi y le dijo: - ¡Oh rey1 Escucha atentamente a lo que te digo ahora. Adora ala auspiciosa Sakti, por Su gracia todos tus deseos serán cumplidos. (1-7)

Chaksusa dijo: - ¡Oh Muni! ¿Cuál es aquella adoración tan sagrada de Sri Bhagavati? ¿Y cómo es de ser hecha? Por favor descríbeme todo esto en detalle. (8)

El Muni dijo: - ¡Oh rey! Te transmitiré todo sobre el excelso Puja de la Devi Bhagavati. Escucha. Recita siempre mentalmente el mantra semilla de Vakbhava o habla, cuya deidad es Mahasarasvati. Si se hace japam del Vaskbhaja Vija tres veces al día, se obtiene tanto el mayor goce aquí como la liberación final, o Mukti. ¡Oh hijo de un Ksattriya! No hay otro Vija Mantra, o palabra, mejor que Vak, la Palabra. A través del Jpam de este Vija Mantra vienen el incremento en fuerza y proeza y todos los éxitos. Debido al Japam del mismo Brahma es tan podroso y se ha convertido en el Creador, Visnu preserva el Universo y Mahesvara se ha convertido en el Destructor del Universo. Los Dikpalas, los Regentes de las direcciones, y los Siddhas se han vuelto muy poderosos debido al poder de este mantra, y son capaces de favorecer o desfavorecer a otros. Tú adora también a la Devi de los Devas , la Madre del Mundo, y en poco tiempo te convertirás en el dueño de infinitas riquezas. No hay duda en esto. - ¡Oh Narada! así aconsejado por Pulaha Risi, el hijo del rey Anga fue a las orillas del río Viraja para practicar austeridades. Allí el rey Chaksusa se mantuvo absorto haciendo Japam del Vagbhava Vija Mantra y comió las hojas de los árboles que caían en el suelo, practicando severas austeridades.
El primer año comió hojas, el segundo año bebió agua y en el tercer año se mantuvo solamente respirando aire, quedando inconmovible como una columna. Así se mantuvo sin comida por doce años. Continuó haciendo Japam del Vagbhava Mantra y su corazón y su mente se volvieron puros. Al estar sentado solo, absorto en la meditación del Devi Mantra, repentinamente se apareció ante él la Paramesvari, la Madre del Mundo, la Encarnación de Laksmi. La Suprema Deidad, llena de luminoso fuego, la Corporización de todos los Devas le dijo graciosamente y en dulces palabras a Chaksusa, el hijo de Anga: (9-20)

-¡Oh regente de la tierra1 Estoy complacida con tu tapasya. Ahora pídeme cualquier deseo que quieras. Te lo daré. – Chaksusa dijo: - ¡Oh tú, adorada por los Devas! ¡Oh Soberana del Deva de los Devas! Tú eres la controladora interna y la controladora externa. Tú sabes todo lo que deseo en mi mente. Sin embargo, oh Devi, al ser tan afortunado de verte, digo: Confiéreme el reino por el período Manvantara.- La Devi dijo: - ¡Oh mejor de los Ksattriyas! Te confiero el reino del mundo entero por un Manvantara. Tendrás muchos hijos, realmente muy poderosos y altamente calificados. Tu reino estará libre de todo peligro, hasta que finalemte alcanzarás Muikti con toda certeza. – Confiriéndole el excelso favor, desapareció allí mismo tras ser alabada por Manu con gran devoción. El Sexto Manu, favorecido así por la Devi, disfrutó de la soberanía sobre la tierra y de otros placeres y se convirtió en el mejor de los Manus. Sus hijos se convirtieron en devotos de la Devi; se hicieron muy poderosos y expertos, fueron respetados por todos y disfrutaron de los placeres del reino. Obteniendo la supremacía a través de la adoración de la Devi, el Chaksusa Manu finalmente se fundió en los Sagrados Pies de la Devi. (21-29)

Aquí termina el Noveno Canto del Décimo Skandha sobre la historia de Chaksusa Manu en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO X

Narayana dijo: - El Séptimo Manu es Su Excelencia el Honorable Señor Vaivasvata Manu Sraddha Deva, honrado por todos los reyes y el disfrutador de la Suprema Bienaventuranza, Brahmananda. Hablaré de él. Él también practicó austeridades ante la Suprema Devi y por Su Gracia obtuvo la soberanía sobre la tierra por un Manvantara.
El Octavo Manu es el hijo del Sol, conocido como Savarni. El rey Savarni, un devoto de la Devi, honrado por reyes, suave, paciente y poderoso, adoró a la Devi en encarnaciones pasadas y, a través de su favor, se convirtió en el señor del Manvantara. - (1-4)

Narada dijo: - ¡Oh Bhagavan! ¿Cómo adoró Savarni Manu en su encarnación pasada a la imagen de piedra de la Devi? Por favor dímelo. (5)

Narayana dijo: - ¡Oh Narada! El octavo Manu había sido un famoso rey conocido por el nombre de Suratha, nacido de la familia de Chaitra, y muy poderoso, en el tiempo de Svarochisa Manu, el segundo Manu. Sabía apreciar méritos, era avezado en la ciencia de la arquería, amasó abundantes riquezas, era un donante generoso, un hombre sabio y era celebrado y honrado por todos. Era versado en las artes de la guerra armada e indomable al aplastar a su enemigos. Una vez uno de sus poderosos enemigos destruyó la ciudad de Kola, que pertenecía al reverenciado rey, y logró sitiar su capital, en la cuña se encontraba. Entonces el rey Suratha, el conquistador de todos sus enemigos, salió a luchar con sus enemigos, pero fue vencido por ellos. Tomando ventaja de la situación, los ministros del rey le robaron todas sus riquezas. Entonces el ilustre rey salió de la ciudad y, con el corazón lleno de penas, cabalgó solo en su caballo con la excusa de salir de caza. Dio vueltas y vueltas, como si estuviese ausente. (6-13)

El rey, entonces, fue a la hermita del Muni Sumedha, un hombre de las cuatro dimensiones, que podía ver cosas lejanas. Era un Asram bello, rodeado de animales silenciosos y pacíficos y lleno de discípulos. Su corazón se alivió en aquel altamente sagrado Asrama y se estableció allí.
Un día, cuando el Muni había terminado su adoración y sus demás deberes, el rey compareció ante él, lo reverenció debidamente y humildemente le preguntó: - ¡Oh Muni! Estoy sufriendo de terribles dolores mentales. ¡Oh Deva encarnado! ¿Porqué sufro tanto, como si fuese un hombre ignorante, a pesar de saber todo? Tras la derrota a manos de mis enemigos, ¿porqué mi mente ahora se vuelve compasiva hacia aquellos que robaron mi reino? ¡Oh mejor de los conocedores de los Vedas! ¿Qué he de hacer ahora? ¿Adónde he de ir? ¿Cómo puedo hacerme feliz? Por favor contéstame todo esto. ¡Oh Muni! estoy en necesidad de tu gracia. – El Muni dijo: - ¡Oh señor de la tierra! Escucha las extremadamente maravillosas glorias de la Devi que no tiene parangón y que puede hacer fructificar todos los deseos. Ella, la Mahamaya, Quien es todo el mundo, es la Madre de Brahma, Visnu y Mahesa. ¡Oh rey! Sabe con certitud que es Ella y sólo Ella que puede atraer a la fuerza los corazones de todos los Jivas y tirarlos en la terrible y completa ilusión. Ella siempre es la Creadora, Preservadora y Destructora de este Universo en la forma de Hara. La Mahamaya cumple los deseos de todos los Jivas y es conocida como la inconmensurable Kalaratri. Ella es Kali, la Destructora de todo el universo y es Kamala, residiendo en el loto. Sabe que todo este mundo se sostiene en Ella y se disolverá en Ella. Por lo tanto Ella es lo Supremo y Mejor. ¡Oh rey! Sabe con certeza que sólo aquel sobre quien cae la Gracia de la Devi puede cruzar la ilusión, o Moha. De ninguna otra maner se puede escapar de Anadi Moha.

Aquí termina el Décimo Canto del Décimo Skandha sobre la anécdota del rey Suratha en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.


CANTO XI

El rey Suratha dijo: - ¡Oh mejor de los dos veces nacidos! ¿Quién es la Devi de la que acabas de hablar? ¿Porqué es que la Devi engaña a todos los seres? ¿Para qué lo hace? ¿Dónde nació la Devi? ¿Cuál es Su forma y cuáles son sus cualidades? ¡Oh Brahmin! Por favor dime todo esto. - (1-2)

El Muni dijo: - ¡Oh rey! Te describiré la naturaleza de la Devi Bhagavati y te diré porqué asume Su forma en el momento debido.
En días antiguos, cuando Bhagavan Narayana, el rey de los Yogis, estaba sumido en profundo sueño en el océano, sobre la capucha de Ananta, tras haber destruido el Universo, emergieron los dos Danavas Madhu y Kaitabha, de apariencias monstruosas de la cera de su oreja. Querían matar a Brahma, quien yacía sobre el loto que sale del ombligo de Bhagavan.
Al ver a los dos Daityas, Madhu y Kaitabha, y al ver también que Hari estaba dormido, Brahma, nacido del loto, se puso muy ansioso y pensó: - Bhagavan duerme y estos dos invencibles Daityas están dispuestos a matarme. ¿Qué he de hacer? ¿Adónde ir? ¿Cómo ha de salvarme? ¡Oh, que miedo! –
Al pensar esto, el altamente espiritual, nacido del loto, repentinamente llegó a una conclusión práctica. Dijo: - Tomaré refugio en la Diosa Sueño, Nidra, la Madre de todo, bajo Cuyo poder Bhagavan está dormido. – (3-9)

Entonces Brahma La alabó: -
-¡Oh Devi de los Devas! ¡Oh Defensora del mundo! Tú les confieres os deseos a los devotos. ¡Oh tú, auspiciosa! ¡Tú eres Parabrahma! ¡Por tú orden, todos están haciendo sus trabajos en sus respectivas esferas! Tú eres la Noche de la Destrucción, Kala Ratri, Tú eres la Gran Noche, Maha Ratri.
Tú eres la enormemente terrible noche de la ilusión, Mohas Ratri. Tú eres omnipresente, omnisciente y tu naturaleza es la Bienaventuranza Suoprema.
Tú eres considerada la Grandiosa. Eres altamente adorada. Tú sola eres exaltada en el mundo. Te sometes sólo al Bhakti. Eres la Mejor de todas las cosas. Eres cantada como la Más Alta. Eres la modestia; eres Pusti, o alimento ;eres perdón, Ksama; eres Belleza, Kanti.
Eres la encarnación de la misericordia. Eres querida por todos. Estás adornada por el mundo entero. Tú eres la naturaleza del estado despierto, del sueño y del sueño profundo.
Tú eres lo Supremo. Tú sola eres la Más Alta Deidad. Estás altamente apegada a la Suprema Bienaventuranza. No hay otra cosa que Tú. Por lo tanto eres llamada la Única, as u vez Te vuelves dos a través del contacto con Tu Maya.
Tú eres el refugio de Dharma, Artha y Karma, por lo tanto eres Triple. Tú eres Turiya, el cuarto estado de consciencia, por lo tanto eres Cuádruple. Tú eres el Dios de los cinco elementos, por lo tanto eres Panchami, Quíntuple.
Presides sobre las seis pasiones, por lo tanto eres Sasthi. Presides sobre los cinco días de la semana y confieres favores en una cantidad de siete multiplicado por siete, por lo tanto eres Séptuple. Eres el Dios de los ocho Vasus, por lo tanto eres Astami. Tú estás llena de los nueve Ragas y las nueve partes, y Tú eres la Diosa de los nueve planetas; así que eres Navami.
Permeas las diez direcciones y eres adorada por las diez direcciones, por lo tanto se te llama Dasami (el décimo día del medio mes lunar). Eres servida por los Once Rudras, eres la Diosa de los once Ganas y Ekadasi tithi te es querido. por lo tanto eres llamada Ekadasi.
Tienes doce brazos y eres la Madre de los doce Adityas, por lo tanto eres Devadasi. Les eres querida a los trece Ganas, eres la Deidad presidiente de Visve Devas y eres los trece meses incluyendo a Malas masa, el mes sucio, por lo tanto eres Trayodasi. Les conferiste favores a los catorce Indras y diste a luz a los catorce Manus, por lo tanto eres Chaturdasi.
Eres cognoscible por el Panchadasi. Tienes dieciséis brazos, en Tu frente siempre brillan los dieciséis dígitos de la Luna y eres el decimosexto dígito o rayo de la luna llamada Ama, por lo tanto eres Sodasi.
¡Oh Devasi Si bien libre de atributos y libre de forma, apareces en estas formas y atributos. Has cubierto en Moha y Oscuridad al Señor de Rama, Bhagavan, el Deva de los Devas. Los Daityas Madhi y Kaitabha son invencibles y muy poderosos, así que mátalos. Despierta al Señor de los Devas. – (10-24)

El Muni dijo: - Al ser alabada por el nacido del loto, Tamasi Bhagavati, la Diosa del sueño y la ignorancia, la Amada de Bhagavan, abandonó a Visnu y encantó a los dos Daityas.
Al ser despertado, el Supremo Espíritu, Visnu, el Señor del mundo, Bhagavan, el Devas de los Devas, vio a los dos Daityas. Al ver a Madhusudhana, los dos monstruosos Danavas se presentaron ante él, listos para luchar. El combate mano a mano entre ellos duró cinco mil años. Entonces los dos Danavas, enloquecidos por su gran fuerza, fueron encantados por la Maya de Bhagavati y la dijeron a la Suprema Deidad que les pidiese un favor. AL escuchar esto, Bhagavan Adi Purusa, el Supremo Hombre, les pidió el favor de que ambos serían matados por Él en ese momento. Los dos altamente poderosos Denavas le replicaron a Hari: - Muy bien. Mátanos en una porción de tierra que no esté bajo agua. - ¡Oh rey! Bhagavan Visnu, el sostenedor de la concha y la maza dijo: - Bien. Verdaderamente, que así sea. –
Diciendo esto, colocó sus cabezas sobre su muslo y las cercenó con su disco, o chakra. ¡Oh rey! De esta manera Mahakali, la Reina de todos los Yogas, surgió en esta ocasión, cuando Brahma le ofreció alabanzas. ¡Oh rey1 Te contaré otra historia de cómo la Maha lakshmi apareció en otra ocasión. Escucha. (25-34)

Aquí termina el Decimoprimer Canto del Décimo Skandha sobre la muerte de Madhu y Kaitabha en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.

CANTO XII

El Muni dijo: - ¡Oh rey! El poderoso Asura Mahisa, nacido de un búfalo femenino, derrotó a todos los Devas y se convirtió en el señor de todo el universo. El invencible Danava tomó a la fuerza todos los privilegios de los Devas y disfrutó de los placeres de la soberanía sobre los tres mundos. Los Devas, vencidos, fueron echados de sus moradas en los Cielos. Eligieron a Brahma como su líder, se dirigieron a las hermosas regiones en las cuales moraban Mahadeva y Visnu y les contaron todo lo que había hecho el maligno Asura Mahisa. Dijeron: - ¡Oh Deva de los Devas! El insolente Mahisasura se ha vuelto intolerable. Ha tomado posesión de los derechos y las propiedades de todos los Devas y goza de ellos. Ustedes dos son capaces de destruir la asura. Así que, ¿porqué no ingenian un modo de matarlo inmediatamente? (1-6)

Al escuchar la lastimeras palabras d los devas, Bhagavan Visnu se indignó mucho. Sankara, Brahma y los demás Devas estaban todos inflamados de ira. ¡Oh rey! Entonces, de la cara del enojado Hari, emanó un Fuego Inusual, brillante como mil soles. Entonces, poco a poco, también emanaron fuegos de los cuerpos de todos los Devas, quienes estaban llenos de alegría. De la masa de fuego emanado surgió una bella Figura femenina. La cara de esta figura estaba formada por el fuego que emanaba del cuerpo de Mahadeva. Sus cabellos estaban formados por el fuego de Yama y Sus brazos estaban formados por el fuego que emanaba de Visnu. (7-10)

¡Oh rey! Del fuego de la Luna surgieron los dos pechos, del fuego de Indra surgió Su tronco, del fuego de Varuna aparecieron Su entrepierna y Sus muslos, del fuego de la Tierra surgió Su cadera, del fuego de Brahma se formaron Sus pies, del fuego del Sol se formaron los dedos de Sus pies, del fuego de los Vasus se formaron Sus dedos, del fuego de Kuvera surgió Su nariz, del excelso tejas de Prajapati surgieron los dientes, del fuego de Agni Sus tres ojos, del fuego de las medias luces surgieron sus cejas y del fuego de Vayu aparecieron Sus orejas. (11-21)

¡Oh Señor de los hombres! Así, Bhagavati Mahisamardini nació del Tejas, las substancias de fuego, de los Devas. Después Shiva le dio el Sula, la lanza; Visnu entregó a Sudarsana, el chakra; Varuna entregó la caracola, Agni entregó a Sakti, su arma; Vayu Le dio arcos y flechas; Indra Le dio el relámpago y la campana del elefante Airavata; Yma Le dio la Vara de la Destrucción, Kala Danda; Brahma Le dio la Rudraksa, el rosario y el Kamandalu; el Sol Le dio sus maravillosos rayos en todos los poros; los océanos Le dieron un hermoso collar y dos nuevas vestimentas; Visvakarma Le dio con alegría la corona, los aros, el kataka, el Angada, el Chandrrdha y los brazaletes; y los Himalayas Le dieron el León como Su vehículo y diversas gemas y joyas. (11-21)

Kuvera, el Señor de la riqueza, Le dio una copa llena de bebida y Bhagavan Ananta Deva Le dio un collar se serpientes (Naghara). De esta manera la Madre del Mundo, la Devi, fue honrada por todos los Devas. Entonces los Devas, duramente oprimidos por Mahisasura, cantaron diversos himnos en alabanza a la Madre del mundo Mahevari Mahadevi. Al escuchar los srotras, la Devesi, adorada por los Devas, lanzó fuertemente el grito de guerra. ¡Oh rey! Mahisasura, sorprendido ante el grito de guerra, vino ante Bhagavati con todas sus armadas. Entonces el gran Mahisasura lanzó diversas armas por el aire , llenado el cielo con ellas, y luchó con gran habilidad. Los generales Chiksura, Dudhura, Durmukha, Vaskala, Tamraka, Vidalaksa y diversos otros generales que eran como la Muerte encarnada acompañaban a Mahisa, el Danava principal. Se enfrentaron en un batalla cruenta. Entonces a la Devi Que encanta a todos los seres los ojos se le volvieron rojos de furia y comenzó a matar a los generales del bando contrario. Al ser los generales matados uno a uno, Mahisasura, versado en la ciencia de la magia, se enfrentó inmediatamente a la Devi. (22-30)

Entonces el Señor de los Danavas, a través de su poder mágico, comenzó a asumir diversas formas. Bhagavati destruyó esas formas. Entonces el Daitya, el destructor de los Devas, asumió la forma de un búfalo para luchar. La Devi inmovilizó firmemente a al animal, el asura, la Muerte de los Devas, y cortó su cabeza con Su hacha. El resto de sus fuerzas huyó, aterrorizado y en desorden, con un agudo grito. Los Devas se alegraron mucho y le cantaron himnos a la Devi. ¡Oh rey! Así fue como Laksmi Devi apareció para matar a Mahisasura. Te contaré como apareció Sarasvati. Escucha. Hace mucho tiempo nacieron los dos muy poderosos Daityas Sumbha y Nisumbha. Atacaron a los Devas, los oprimieron y tomaron sus casas y derechos. Los Devas, desposeídos de sus reinos, fueron a los Himalyas y ofrecieron stotras a la Devi con la mayor devoción: - ¡Oh Devesi! ¡Oh Tú, hábil en erradicar las dificultades de los Bhaktas! ¿Victoria a Ti! ¡Oh Tú, La que no tiene pecado! La vejez y la muerte no te pueden alcanzar.
¡Oh Tú, la Muerte encarnada de los Danavas! ¡Oh Devesi! ¡Oh Tú, de poderoso coraje y proeza!
¡Oh Tú, la corporización de Brahma, Visnu y Mahesa! Tu poder es ilimitado. Puedes ser fácilmente alcanzada por el poder de la devoción.
¡Oh Tú, la Creadora, Preservadora y Destructora! ¡Oh Madhavi!
¡Oh Tú, la Dadora de bienaventuranza! Tú bailas con el mayor júbilo en el tiempo de la disolución de todas las cosas, Pralaya. (31-40)

¡Oh Tú, llena de misericordia! ¡Oh Deva Devesi! Danos Tu Gracia. ¡Oh Tú, la Erradicadora de los sufrimientos de aquellos que se refugian en Ti! Venimos por Tu protección.
El terror de Sumbha y Nisumbha es como un océano infinito para nosotros. Sálvanos, sálvanos de sus firmes garras. ¡Oh Devi, sálvanos! - ¡Oh rey! Realmente, cuando los Devas la alabaron, la hija de los Himalayas, Bhagavati, se complació y preguntó: -
¿Qué pasa? – De la envoltura física de la Devi emergió la Devi Kausaki, quien les dijo alegremente a los Devas: -
¡Oh Suras! Estoy complacida con su Stotra. Pidan el favor que desean. – Entonces los Devas pidieron el siguiente favor: -
¡Oh Devi! Los dos famosos Daityas Sumbha y Nisumbha atacaron violentamente a los tres mundos. El malvado Señor de los Danavas, Sumbha, nos ha superado por el poder de su brazo y nos tormenta sin pausa. Por favor mátalo de alguna manera. –
La Devi dijo: - ¡Oh Devas! Sean pacientes. Mataré a los dos Daityas, Sumbha y Nisumbha, y así sacaré esta espina de su camino. Los favoreceré pronto. – Tras decirle estos a Indra y los demás Devas, la misericordiosa Devi desapareció inmediatamente delante de sus ojos. Los Devas fueron a la montaña Sumeru con sus corazones llenos de deleite y vivieron en sus cavernas.
Los sirvientes de Sumbha y Nisumbha, Chanda y Munda, al hacer sus recorridos vieron a la exquisitamente hermosa Devi, la Encantadora del mundo. Volvieron ante Sumbha, su rey, y dijeron: (41-50)

-¡Oh destructor de enemigos! ¡Oh dador de honor! ¡Oh gran rey! Tú eres el señor de todos los Daityas y eres digno de disfrutar de todas las gemas y joyas. Hoy hemos visto a un joya humana extraordinariamente hermosa. Es digna de ser disfrutada por ti. Trae a esa mujer perfectamente bella y disfrútala. Ninguna mujer tan encantadora puede ser encontrada entre las mujeres Asura, Naga, Kanya, Gandharba, Danavis o humanas. – Al escuchar las palabras de su sirviente Sumbha, el atormentador de sus enemigos, envió a un mensajero llamado Sugriva con Ella. El mensajero compareció ante la Devi lo más pronto posible y le dijo todo lo que Sumbha le había dicho. - ¡Oh Devi! El Asura Sumbha es el conquistador de los tres mundos y es respetado por los Devas. ¡Oh Devi! Él disfruta de todo lo mejor, las gemas y la joyas. ¡Oh Devi! Yo soy su mensajero fui enviado aquí para comunicarte su mensaje: ¡Oh Devi! Yo soy el único disfrutador de todas las joyas. ¡Oh aquella de bellos ojos! Eres una gema, así que deberías adorarme. ¡Oh Bella! Todas la gemas y todas las joyas que están en el Deva Loka, el Daitya Loka y en las regiones de los hombres están bajo mi control. Así que deberías adorarme amorosamente. – La Devi dijo: - ¡Oh mensajero! Es verdad que hablas por tu rey, pero he hecho una promesa. ¿Cómo puedo actuar en oposición a ella? ¡Oh mensajero! Escucha lo que prometí. (51-60)

Quienquiera en los tres mundos que me conquiste por mera fuerza y así destruya Mi vanidad; quienquiera que sea tan fuerte como Yo, puede disfrutar de Mí. Así que el rey de los Daityas puede probar que Mi promesa es verdadera y puede desposarme por mera fuerza. ¿Qué hay que no pueda hacer? Así que, mensajero, vuelve con tu amo y dile todo esto para que el poderoso Sumbha pueda realizar Mi promesa. – Al escuchar las palabras de la Gran Devi, el mensajero volvió ante Sumbha y le informó de todo lo que había dicho la Devi. El altamente poderosos Señor de los Daityas, Sumbha, se enojó mucho debido al displacentero mensaje de su sirviente y le ordenó al Daitya llamado Dhumraksa: - ¡Oh Dumraksa! Escucha mis palabras con gran atención. Ve, agarra a esa malvada mujer de sus cabellos y tráemela. Ve rápido, no pierdas tiempo. Con esta orden, el altamente poderoso y mejor de los Daityas, Dhumrakasa, se dirigió enseguida a donde estaba la Devi con sesenta mil Daityas y Le gritó fuertemente: - ¡Oh Auspiciosa! Adora rápidamente a nuestro señor Sumbha, quien es muy poderoso y fuerte, y adquirirás todo tipo de placeres. De otra manera de agarraré del pelo y te llevaré ante el señor de los Daityas. – (61-70)

Al ser interpelada de esta manera por Dhumraksa Daitya, el enemigo de los Devas, la Devi dijo: - ¡Oh poderoso! ¡Oh Daitya! Lo que has dicho está muy bien, pero primero dime qué es lo que tú o tu rey Sumbha Me pueden hacer. – Cuando la Devi dijo esto, el Daitya Dhumralochana se abalanzó sobre Ella con puños y armas. Con un fuerte ruido, Mahesvari lo redujo inmediatamente a cenizas. ¡Oh rey! El resto de las fuerzas en parte fue destruido por el León, el vehículo de la Devi, y en parte huyeron desordenadamente en todas las direcciones. Algunos se volvieron inconscientes de miedo. Sumbha, el señor de los Daityas, se enojó mucho al escuchar esto. Su cara se tornó terrible, con las cejas contraídas. Lleno de furia, envió a Chanda, Munda y Raktabija. Los tres poderosos Daityas fueron a batalla y trataron al máximo de sus fuerzas de capturar a la Devi. La Devi Jagaddhatri, de violenta proeza, mató a los tres Daityas con Su tridente al ver que se acercaban a Ella y los dejó postrados en el suelo. Al escuchar de su muerte y la destrucción de toda su armada, Sumbha y Nisumbha en persona vinieron arrogantemente al campo de batalla. Se enfrentaron en una terrible lucha con la Devi, pero después de un tiempo se cansaron y la Devi los aniquiló. Cuando la Bhagavati, Quien es todo este mundo, mató a Sumbha y Nisumbha, los Devas alabaron a la Bhagavati, La Suprema Deidad de Vak, la palabra, encarnada. (71-80)

¡Oh rey! Así te he contado en el orden indicado la manera en que las hermosas Kali, Mahalaksmi y Sarasvati encarnaron en el mundo. Así, la Suprema Deidad, la Devi Paramesvari, crea, preserva y destruye el universo. Toma refugio en la altamente adorada Devi, que causa la discriminación y la ilusión en este universo. Sólo entonces lograrás el éxito. –
Narayana dijo: - Al escuchar estas hermosas palabras del Muni, el rey Suratha tomó refugio en la Devi, que da todos los objetivos deseados. Construyó una imagen de tierra de la Devi y, con concentrada atención, pensó solo en la Devi y La adoró con devoción.
Cuando terminó la adoración, ofreció un sacrificio de sangre de su propio cuerpo a la Devi. Entonces la Madre del Mundo, la Deidad de los Devas, se complació, apareció ante él y le preguntó: -
¿Cuál es el favor que deseas? – Cuando la Devi dijo esto, el rey le pidió a Mahesvari aquel excelso conocimiento por el cual la ignorancia es destruida como también tener un reino libre de peligros y dificultades.
La Devi dijo: - ¡Oh rey! Debido a mi favor, obtendrás tu reino libre de enemigos como también el Jnanam que erradica la ignorancia, en esta misma vida.
¡Oh rey! También te diré lo que serás en tu próxima encarnación. Escucha. En tu próxima vida serás el hijo del Sol y serás famoso como Savarni Manu. Debido a mi favor serás el Señor del Manvantara, serás muy poderoso y tendrás muchos hijos. – Confiriéndole este favor, la Devi desapareció.
Por la Gracia de la Devi Suratha se convirtió en el Señor del Manvantara. ¡Oh Sadhu! Te he descrito el nacimiento y la vida de Savarni. Aquel que escuche o lea esta anécdota con devoción será un favorito de la Devi. –

Aquí termina el Duodécimo Canto del Décimo Skandha sobre la anécdota de Savarni Manu en le Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa.

CANTO XIII

Sri narayana dijo: - ¡Oh niño narada! Escucha las maravillosas anécdotas de las vidas de los Manus restantes. El mero recuerdo de estas anécdotas hace que el Bhakti crezca cada vez más hacia la Devi.
Vaivasvata Manu tuvo seis hijos: Karusa, Prisadhra, Nabhaga, Dista, Saryati y Trisanku. Todos ellos eran fornidos y fuertes. Una vez fueron todos juntos a las excelsas orillas del Jamuna, practicaron Pranayama sin tomar a sí comida alguna y se concentraron en adorar a la Devi. Cada uno de ellos construyó una imagen de tierra de la Devi por separado y La adoraron con devoción y diversas ofrendas. Al principio comieron las hojas secas de los árboles que caían por sí mismas, después sólo tomaron agua, más tarde solo respiraron aire, más tarde aún respiraron el humo del fuego del Homa y después dependieron de los rayos solares. Así, practicaron tapasya con grandes dificultades. La adoración continua de la Devi con la mayor devoción los hizo conscientes de su claro intelecto, destructor de todo tipo de vanidades y engaños. Los hijos de Manu pensaron sólo en los Sagrados Pies de la Devi. Sus intelectos se purificaron y se asombraron grandemente de ver dentro de su Ser al universo entero. Así practicaron su tapasya por doce años enteros, cuando la Bhagavati, el Principio Regente del universo, resplandeciendo con el brillo de mil soles, se apareció ante ellos. Los príncipes, con su inteligencia purificada La vieron, se inclinaron y con corazones humildes Le cantaron himnos con la mayor devoción. - ¡Oh Isani! ¡Oh Misericordiosa! Tú eres la Devi que preside sobre todos. Tú eres la Mejor, así que, ¡victoria a Ti! Se Te conoce a través del Vagbhava Mantra. Te complaces cuando este mantra es repetido.
¡Oh Devi! Eres la naturaleza de Klim Kara, la forma de Klim. Te complaces con la repetición del mantra Klim. ¡Oh Tú, que alegras al Señor! Tu confieres alegría y placer al corazón del Re y del Kama. ¡Oh Mahamaya! Cuando Te complaces, das aquel Reino Inigualado. ¡Oh Tú, que incrementas los gozos! Eres Visnu, Surya, Hara, Indra y los demás Devas. Al alabarla los altamente espirituales príncipes, Bhagavati se complació y les dijo las siguientes dulces palabras: -
¡Oh príncipes altamente espirituales! Todos ustedes Me han adorado y han practicado tapasyas realmente duras. Así se han vuelto libres de pecado y sus intelectos y corazones han sido completamente purgados y, así, purificados. Pidan favores que deseen. Se los concederé pronto. – Los príncipes dijeron: -
¡Oh Devi! Queremos reinos sin rival, muchos hijos muy longevos, goces y placeres continuos, fama, energía, libertad en todas las acciones y también una inteligencia aguda y buena. Estos nos serán beneficiosos. –
La Devi dijo: - Les confiero a todos todo lo que hayan deseado. Además, les daré otro favor. escuchen con atención. Por mi Gracia todos ustedes serán señores de los Manvantaras, adquirirán fuerza que no será vencida y obtendrán prosperidad, fama, energía, poderes, una línea continua de descendientes y goces abundantes y plenos. – (1-10)

Narayana dijo: - Después de que la Madre del Mundo, Bhramari Devi, les confiriera estos favores, los príncipes le cantaron himnos, y luego Ella desapareció inmediatamente.
Los altamente energéticos príncipes adquirieron excelentes reinos y abundancia de riquezas en esas mismas encarnaciones. Todos ellos tuvieron hijos y establecieron así sus familias; y se convirtieron en los Señores del Manvantara en sus próximas encarnaciones.
Por la Gracia de la Devi, el mayor de los príncipes, Karusa, se convirtió en el Noveno Manu, el increíblemente poderoso Daksa Savarni; el segundo príncipe, Prisadhra, se convirtió en el décimo Manu, llamado Meru Savarni; el tercer príncipe, el altamente entusiasta Nabhaga, se convirtió en el Onceavo Manu, llamado Chandra Savarni; el poderoso quinto príncipe, Saryati, se convirtió en el Decimotercer Manu, llamado Rudra Savarni; y el sexto príncipe, Tridsanku, se convirtió en el Decimocuarto Manu llamado Visnu Savarni y se convirtió en el celebrado Señor del mundo. (22-32)

Narada preguntó: - ¡Oh Sabio! ¿Quién es Bhramari Devi? ¿Cuál es Su naturaleza? ¿Para qué encarna? Por favor cuéntame todos esas bellas anécdotas que destruyen el dolor. No estoy saciado de beber del néctar de las Glorias de la Devi.
Mi deseo de escuchar aún más sigue siendo igual de intenso. Como beber néctar anula la muerte, beber las historias de la Devi anula el miedo a la muerte. –
Narayana dijo: - ¡Oh Narada! Te contaré las maravillosas historias de la incomprensible e inmanifestada Madre del Mundo, que lleva a Mukti. Escucha.
De la misma manera en que la madre se comporta amablemente y sin hipocresías con su hijo, la Madre del Mundo hace Sus misericordiosos y sinceros actos para el bien de la humanidad en todas sus encarnaciones. En días antiguos vivía un poderoso Daitya llamado Aruna en el inframundo, en la ciudad de los Daityas.
Odiaba a los Devas con furia y era un hipócrita pakka. Con el fin de vencer a los Devas fue a las orillas del Ganges, en los Himalayas, y practicó una muy dura tapasya dirigida a Brhamma, pensando que era el protector de los Daityas. Prmiero, influenciado por Tamo Guna, mantuvo los cinco Vayus en su cuerpo, comió sólo hojas secas, repitió el Gayatri Mantra y practicó austeridades.
Practicó esto por diez mil años enteros. Por otros diez mil años el Daitya vivió bebiendo solamente una gotas de agua, por otros diez mil años se mantuvo solamente inhalando aire y por otros diez mil años no tomó nada a sí. Así practicó su maravillosa tapasya. (33-41)

Por la práctica de su tapasya, su cuerpo emitió una especie de maravilloso halo de luz que comenzó a quemar el mundo entero. Nadie sabía que acontecía. Todos los Devas exclamaron: -
¡Oh! ¿Qué es esto? ¡Oh! ¿Qué ese esto? – y temblaron.
Todos estaban muy aterrorizados y tomaron refugio en Brahma. Al escuchar las nuevas de los Devas, Bhagavan, de cuatro caras, montó su vehículo, el cisne, y con el Gayatri fue muy alegremente adonde el Daitya estaba practicando sus austeridades.
Vio que el Ditya estaba inmerso en su meditación con los ojos cerrados y parecía como si estuviese llameando con fuego, como si él mismo fuese un segundo Agni. Su estómago se había secado, su cuerpo consumido y los nervios de su cuerpo se habían vuelto casi visibles; sólo quedaba un débil hálito de vida.
Entonces Brahma le dijo: -
¡Oh niño! ¡Auspicios a ti! Pídeme el favor que deseas. – Al escuchar estas agradables palabras, similares al néctar, de boca de Brahma, Aruna, el jefe de los Daityas abrió sus ojos y lo vio delante suyo.
Al ver ante él a Brahma con un rosario de cuentas y Kamandalu en su mano, acompañado por Gayatri y los cuatro Vedas, el Daitya se levantó pronunciando el nombre del Eterno brahma, se inclinó ante él y le cantó diversos Stotras. (42-49)

Entonces el inteligente Daitya le pidió a Brahma el siguiente favor: - No he de morir. Concédeme esto. – Brahma entonces le explicó suavemente: - ¡Oh mejor de los Danavas! Comprende que Brahma, Visnu, Mahesvara, y los demás Devas no están libres de la limitación de la muerte. ¡Qué decir de otros! No puedo concederte un favor imposible. Pide lo que es posible y justo. Las personas inteligentes nunca muestran recelo de una imposibilidad. – Al escuchar las palabras de Braham, Aruna, a su vez, dijo con devoción: - ¡Oh Deva! Si no estás dispuesto a concederme ese favor entonces, oh señor, concédeme un favor tal que sea practicable y que consista en que mi muerte no sea causada por ninguna guerra, ni por puños o armas, por ningún hombre o mujer, ni por cualquier bípedo, cuadrúpedo o cualquier combinación de ellos, y concédeme el favor de tener una armada tan grande que pueda vencer a los Devas. – Escuchando las palabras del Daitya, Brahma dijo: - Que así sea. – y volvió instantáneamente a su morada. Entonces, lleno de arrogancia debido a ese favor, el Daitya Aruna llamó a todos lo otros Daityas que vivían en el inframundo. Los Daityas, que estaban bajo su protección, acudieron y los reverenciaron como su rey. A orden suya mandaron mensajeros a los Cielos para luchar contra los Devas. Al escuchar de los mensajeros que los Daityas querían luchar contra los Devas, Indra tembló de miedo y fue instantáneamente a la morada de Brahma con los Devas. Junto con Brahma, de allí fueron a Visnuloka; llevaron a Visnu consigo y fueron todos juntos a Sivaloka. (50-59)

Allí mantuvieron todos juntos una conferencia sobre cómo matar al Daitya, el enemigo de los dioses. Por otro lado mientras tanto Aruna, el rey de los Daityas, fue rápidamente a los Cielos rodeado de su ejército.
¡Oh Muni! Entonces el Daitya asumió varias formas y tomó los derechos y las posesiones de la Luna, el Sol, Yama, Agni y todos los demás Devas a través del poder de su tapas. Todos los Devas, desalojados de sus hogares, fueron a la región de Kailasa y le contaron a Sankara y cada uno contó sus problemas y debilidades. Entonces se formaron grandes discusiones respecto a qué debía ser hecho con esto. Brahma contó que el Daitya no moriría en una lucha ni debido a brazos o armas, ningún hombre o mujer, bípedo, cuadrúpedo o una combinación de los dos. Los Devas se pusieron muy ansiosos y no pudieron encontrar ninguna solución. En ese instante se escuchó claramente una Voz Incorpórea en los Cielos: - Adoren todos a la Reina del universo. Ella llevará su obra al éxito. Si el rey de los Daityas, siempre concentrado en pronunciar el Gayatri, abandona el Gayatri de cualquier manera, se dará su muerte. – Al escuchar con alegría a la Voz Celestial, los Devas mantuvieron consejo con gran cuidado. Cuando fue decidido qué debía ser hecho, Indra le dijo a Brihaspati: - ¡Oh Gurudeva! Ve con el Daitya para llevar a cabo los fines de los Devas y haz algo para que abandone a la Devi Gayatri Paramesvari. Todos nosotros meditaremos en Ella. Cuando esté complacida, nos ayudará. – (60-70)

Dándole esta orden a Brihaspati y pensando que la bella Protectora de Jambu Nada los protegería, todos los Devas La adoraron, hicieron el Devi Yajna, pronunciaron el Maya Vija con gran devoción y practicaron ascetismo. Brihaspati, por su parte, fue rápidamente al Daitya Aruna en el disfraz de un Muni. El rey de los Daityas le preguntó: - ¡Oh mejor de los Munis1 ¿De dónde y porqué has venido aquí? ¡Dilo, oh Muni! ¿De dónde has venido? No soy de tu bando. Más bien soy tu enemigo. – Al escuchar estas palabras, Brihaspati dijo: - ¡Cuando adoras incesantemente a la Devi a Quien nosotros también adoramos, entonces dime cómo es que no estás de nuestro lado! – ¡Oh Santo1 Al escuchar estas palabras engañado por la Maya de los Devas, el malvado Daitya abandonó por vanidad al Gayatri Mantra y así se volvió débil y perdió el Fuego sagrado. (71-77)

Brihaspati, habiendo cumplido con éxito su tarea, fue ante Indra en los Cielos y le contó todo en detalle. Los Devas se volvieron satisfechos y adoraron a la Suprema Deidad. ¡Oh Muni! Así pasó mucho tiempo hasta que un día la Madre del Mundo, la Auspiciosa Devi, apareció ante ellos. Resplandecía con el brillo de diez millones de soles y se veía hermosa como diez millones de Kandarpas, dioses del amor. Su cuerpo estaba ungido con diverso colores. Vestía dos atuendos y una maravillosa guirnalda que caía desde su cuello. Estaba cubierta de diversos ornamentos y en sus puños había maravillosas hileras de avispones. Una de Sus manos estaba dispuesta a conceder favores y la otra se mantenía en la postura –No temas-. En el cuello de la Bhagavati, el Océano de la Misericordia, la Pacífica, se veían diversas guirnaldas rodeados de grandes abejas negras. Kotis de abejas negras masculinas y femeninas La rodeaban cantando incesantemente el Hrimkara Mantra, la Primera vibración de Fuerza. (78-85)

Al ver repentinamente a la Devi delante suyo, Brahma y los otros Devas se sorprendieron. Lentamente se recuperaron y le comenzaron a cantar alegremente himnos de alabanza a Bhagavati, Cuyas Glorias han sido escritas en los Vedas.
Los Devas dijeron: - ¡Oh Devi! ¡Te reverenciamos! Tú eres el Supremo conocimiento y la Creadora, Preservadora y Destructora del Universo. ¡Oh Tú, La de ojos de loto! Tú eres el refugio de todos, así que nos inclinamos ante Ti. Tú eres Visva, Taijasa, Prajan, Virat y Sutratma colectivamente e individualmente. ¡Oh Bhagavati! Tú eres diferenciada e indiferenciada. Tú eres el Kutastha Chaitanya, la Consciencia Inamovible e Inmutable, así que nos inclinamos ante Ti. ¡Oh Durge! No te preocupas por la creación, preservación y destrucción, sin embargo castigas a los malvados y eres fácil de alcanzar por la devoción sincera de Tus Bhaktas. ¡Oh Devi! Tú quemas y destruyes la ignorancia y el pecado de las almas encarnadas, por lo tanto se te llama Bharga. Por ello nos inclinamos ante Ti. ¡Oh Madre! Tú eres Lalika, Nila Sarasvati, Ugra Tara y Mahogra. Asumes muchas otras formas, así que siempre nos inclinamos ante Ti. ¡Oh Devi! Tú eres Tripura Sundri, Bhairabhi, Matangi, Dhumavati, Chinnamasta, Sakambhari y Rakta Dantika. ¡Reverencias ante Ti! ¡Oh Bhagavati! Fuiste Tú Quien apareciste como Laksmi del océano de leche o Ksira Samudra. Tú destruiste a Vritasura, Chanda, Munda, Dhumralochana, Rakta Bija, Sumbha, Nisumbha y al Exterminador de los Danavas y así les hiciste grandes favores a los Devas. Así que, o Graciosamente Descendida, Tú eres Vijaya y Ganga. ¡Oh Sarade! Nos inclinamos ante Ti. ¡Oh Devi! Tú eres tierra, fuego, Prana y otros Vayus y sustancias. ¡Oh Misericordiosa! Tú eres la forma del Universo, la forma Deva, la Luna, el Sol, las otras formas Luminosas y la forma del Conocimiento. (86-96)

¡Oh Devi! Tú eres Savitri, Tú eres Gayatri, Tú eres Sarasvati, Tú eres Svadha, Svaha y Daksina; así que nos inclinamos ante Ti. En los vedas Tú eres los Agamas – Esto no, Esto no. – Tú eres lo que queda tras la negación de todo esto. Los Vedas declaran que eso es Tu Verdadera Naturaleza, Que por lo tanto es la Consciencia Absoluta en todos. Debido a que estás rodeada por grandes abejas negras, eres llamada Bhramari. ¡Siempre Te reverenciamos! ¡Reverencias a Ti! ¡Reverencias a Tus costados! ¡Reverencias a Tu espalda! ¡Reverencias a Tu frente! ¡Oh Madre! ¡reverencias a Tu parte superior! ¡Reverencias a Tu parte inferior! ¡Reverencias en todos lados en torno Tuyo! ¡Oh Tú, La que mora en Mani Dvipa! ¡Oh Mahadevi! ¡Tú eres la Guía de innumerables Brahmandas! ¡Oh Madre del Mundo! Que seas misericordiosa con nosotros. ¡Oh Devi1 Tú eres más alta que los más alto. ¡Oh Madre del Mundo! ¡Victoria a Ti! ¡Todos te reverencian! ¡Oh Diosa del Universo! Tú eres lo Mejor en todo el universo. ¡Victoria a Ti! ¡Oh Señora dl Mundo! Que estés complacida con nosotros. – Narayana dijo: - Al escuchar aquellas dulces, humildes y confiadas palabras de los Devas, la Madre del Mundo dijo en le dulce tono de un pájaro carpintero: -¡Oh Devas! Digan lo que quieren.- Al escuchar las palabras de la Devi, los Devas le contaron la causa de sus tristezas. Le contaron de la malvada naturaleza del cruel Daitya; la falta de respeto hacia los Devas, los Brahmines y los Vedas y su desastroso estado; el desalojo de los Devas de sus moradas; del recibimiento del favor de Brahma por parte del Daitya; de hecho, todo lo que tenían para decir, de forma ordenada y vigorosa. Entonces Bhagavati Bhramari Devi emitió todo tipo de abejas negras y avispas de Sus costados y Su frente. (97-109)

Innumerables filas de abejas negras fueron generadas y se unieron a aquellas que salieron de las manos de la Devi, y así cubrieron la tierra entera. De esta manera, innumerables abejas comenzaron a aparecer de todos lados como plagas. El cielo estaba lleno de abejas y la tierra estaba cubierta de oscuridad. El cielo, los picos montañosos, los árboles, los bosques; todos se llenaron de abejas. Era un visión enormemente aterradora. Entonces las abejas negras destruyeron los pechos de los Daityas como pican a aquellos que destruyen sus casa. Así, los Daityas no podían usar sus armas ni luchar. Ni siquiera podían intercambiar palabras. No podían hacer nada, simplemente morían. Los Daityas permanecían de la manera en que habían estado, y en ese estado se sorprendían y morían. Ninguno pudo hablar con otro. Los principales Daityas murieron en un instante. Al completar su destrucción, las abejas volvieron a la Devi. Todas las personas entonces se dijeron el uno al otro: - ¡Oh! ¡Qué maravilla! ¡Qué maravilla! – o - ¿De quién es esta maya? ¡Qué maravilla que haga algo así! – Brahma, Visnu y Mahesa se fundieron en el océano de la alegría , adoraron a la Devi Bhagavati con diversas ofrendas y gritos y cantos de – Victoria a la Devi - y derramaron flores en todas partes. Los Munis recitaron los Vedas. Los Gandharbas cantaron. (110-120)

Se escucharon diversos instrumentos musicales. Mridangas, Murajas, laudes Indios, Dhakkas, Damarus, Sankhas, campanas y muchos otros. Los tres mundos se llenaron con sus ecos. Todos cantaron diversos himnos de alabanza a la Devi con manos plegadas y exclamaron: - ¡Oh Madre! ¡Isani1 ¡Gloria a Ti! La Mahadevi se alegró y le dio favores individuales a cada uno. Cuando pidieron devoción imperturbable a Sus pies de loto también les concedió eso y desapareció ante ellos. Así, te he descrito el glorioso carácter de la Bhramari Devi. Si cualquiera escucha esta maravillosa anécdota, cruza inmediatamente el océano del mundo. Al que escucha las glorias y la grandeza de la Devi junto con las historias de los Manus, le llegarán todas las auspiciosidades. Aquel que escucha o recita diariamente esta historia de la grandeza de la Devi se libera de todos sus pecados y se vuelve absorto en los pensamientos sobre la Devi (Sajuya). (121-127)

Nota: El Mantra (hriim) aquí no es meramente la Semilla, la Clave Espiritual, sino que connota, además de la idea de clave, la Primer vibración Adi y exhibe la Primera Forma Espiritual, dotada con los más altos sentimientos de Fe, Sabiduría, Bienaventuranza y alegría; desplegada con los más maravillosos colores, emocionantes sensaciones, signos exaltadores y encantadores, gestos, posturas, el florecer de todos los poderes, la fuente de todos los Siddhis, que no puede ser concebida en los asuntos mundanos. Sus débiles ecos gobiernan este poderoso mundo. Los mantras están ubicados en los seis chakras o plexos o seis centros Laya en la columna vertebral. En estos chakras ocurre la transformación de los Tattvas. Algunos desaparecen, otros aparecen; y así continuamente.

Comentario: En este canto encontramos claramente los diversos nombres de las diez Dasa Maha Vidyas.
Aquí termina el Decimotercer Canto del Décimo Skandha sobre la historia de Brahmari Devi en el Mahapurana Sri Mad Devi Bhagavata de 18.000 versos por Maharsi Veda Vyasa. Aquí termina el Décimo Skandha.






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